miércoles, 24 de diciembre de 2014

Láctica boreal.

a Yah

Tus gestos que miro hoy son pradera y manglar,
me he guardado en tus besos de risa, en tu vientre capeado y pululante
allí donde he aprendido el vuelo, salto de nuevo y se escapan mis bisontes en fuga
los destellos nos salen de la garganta y saben a ritmo de agaves,
a estar chupado un pantano dulce/ de tus charcos.
Yo me muevo con piezas distintas de puzzle, con músculos de ventrílocuo
y una glándula que se llena de aullido.

Soy el estanque y dentro de mi cabeza croan las ranas,
me columpio, pendulo a ratos, levito;
los hilos de las muñecas son laureles y escándalo,
choques eléctricos al bailar: la salpicadura, el oleaje,
el licor de tu luz central, los labios láser.
Estoy relinchando las luchas con la voz alta ladrando,
con larva de miércoles carcomiéndome los dactilares,
latigazos de viernes, loquero de lirios volátiles, desfilando el polvo,
comiendo albaricoque de costillas escalfado de ola de leche, derroche de lucidez,
flúor aromático de lujuria en el delantal de tela;
soy un lunático con dedos de lumbre entre tus muslos de algodón, reales, suavísimos,
las pestañas que leen la longeva prosa: pliegues que ululan en tu lengua,
el gato siguiendo su cola veloz, girasol transfigurado que levanta el vuelo cual ave emplumada, monosílabo de calavera que seduce el limbo y no cae a los cielos.
La neblina resuelve el límite de tus periferias,
faroles amaestrados estos que llevo en el rostro,
esa altivez que me enloquece cual olvido tuyo.

Lograr llegar a tu lóbrego juego cuando tu lóbulo endiablado y tus diablos hilarantes;
caigo ante tus pasos ligeros de globo, de pluma,
lunares tibios que beso despacio, volcanes que me cimbran y me llenan de ceniza voladora que escarcha mi alma limada por el tiempo; fractales, cálidos laberintos que me deslizan hasta llegar al sismo prolongado, a la ciudad de luciérnagas célicas.

Eres mi colibrí púrpura, papalóptero o helicoálote
clítoris caliente que calcina mi boca eléctrica,
mi monte celeste, la blancura de un latido que confiesa lagrimas,
irreverencia y párvulo camino, péndulo de hipérbole; me he arrancado un lustro  dedicado a deshuesarme la mente , me han secuestrado hasta la sangre neón,
desgracia desde el primero al último balazo de silencio, los radares que no dan conmigo,
tus manos cuchillo, los cactus suaves detrás de las ventanas, donde golpéanse los dientes desgastados cuando serpenteamos cual gusanos de maguey,
como cristal que observa las auroras boreales que lucen tan reales desde lo lejos entre tu cadera nublada del insomnio.

Soy la playa enflorada con dados sensoriales que me exploran a la suerte de tus grandes manos; alianza de columpios encadenados, sueños de ferrocarril largo y lento,
moléculas de libélula con clavos en las alas, lodo en las mejillas,
astillándose las vulvas cual manga de agua,
como lectura de tarot listo  para el lenguaje de eles que elean sobre tus clavículas,
para tus sonidos de violín  y la oralidad en tu ombligo plata;
mi león de mandarinas jugosas, bailarina en mis vísceras, de montaña rusa ilimitada.
Eres saliva lúpulo-mezcalera, misterioso crucigrama con filo,
mi jardín de vaivenes, el milagro entre la desesperanza,
la láctea de mi vía cósmica,
mi diosirena.


domingo, 21 de diciembre de 2014

Tildando

Me acentúo en el segundo gemido de tu boca

explotas varias veces

me llueves

y en tus piernas

el caudal del Mississippi es nada hoy.

Somos arcángeles

tu garganta suplica que no termine

mientras tus uñas piden otra cosa…

Nos doblegamos

cuando no existe ley física 

que pueda contra esto. 

                                                                                          ♥